La Universidad Nacional de Cuyo, a días de la votación por la legalización del aborto en el Congreso, votará su gobierno. Sectores religiosos relacionados con las Iglesias Católica y Evangélica están involucrados en la elección. La Izquierda propone la separación de la Iglesia y la Universidad.
Por Giulia Piglionico
El 7 de junio se realizará en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) la segunda elección directa de autoridades. Se elegirán también los representantes de docentes, estudiantes, egresados, egresadas y personal de apoyo en el Consejo Superior y los Consejos Directivos.
¿Cuál es la injerencia concreta de la Iglesia en la Universidad?
Si bien tanto la Constitución Nacional como la ley educativa de la provincia (Ley 6970, art. 4) establecen de forma explícita y categórica que la enseñanza pública es laica, en la Universidad Nacional de Cuyo esta normativa se viola de muchas maneras y así se niega el derecho que tiene la ciudadanía argentina de acceder a una educación pública y laica.
Las Autoridades de la Universidad Nacional de Cuyo crearon (mediante Ord. 74/02 CS.) en el año 2002 el Consejo Social (anteriormente denominado Consejo Asesor Permanente -CAP-). A este Consejo lo integran organizaciones del ámbito público y privado: representantes del Estado (Gobierno Provincial y organismos dependientes, Poder Legislativo, Poder Judicial, Municipios, organismos dependientes del Gobierno Nacional con asiento en Mendoza, consulados), partidos políticos, organismos sociales, culturales, religiosos, sindicales, profesionales, empresariales y medios de comunicación. Según la ordenanza 14/2013 este espacio institucional se encarga, entre otras cosas, de generar políticas públicas en torno al “trabajo”.
La Iglesia (Tanto la Iglesia Católica como la Evangélica) no sólo está presente en la creación de políticas públicas en Consejos de la UNCUYO, también se puede ver en los espacios públicos. Cualquiera que haya transitado los pasillos o espacios abiertos se ha encontrado con múltiples símbolos religiosos en todas sus unidades académicas. Vírgenes y crucifijos abundan en la Universidad pública. En el patio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales hay una virgen, lo mismo en los pasillos de la Facultad de Ciencias Económicas y en la entrada al campus universitario.
La injerencia de los credos religiosos en la Facultad de Ciencias Médicas (FCM)
Pero incluso la injerencia llega a otros niveles. En la FCM, desde el Área de Histología y Embriología, se organizaron en 2015 unas Jornadas Interdisciplinarias sobre “la persona por nacer”. Las mismas fueron auspiciadas por el Hospital Universitario de la facultad y el Centro de Bioética, Persona y Familia. Mientras las autoridades de esta unidad académica lanzan jornadas “pro vida” se les prohíbe a organizaciones feministas la realización de una cátedra libre sobre aborto. Según Mdz, el Consejo de la Facultad ratificó la prohibición a la agrupación organizadora La Simona, de la realización de la cátedra, alegando que se debían utilizar formatos como curso, jornada o docencia libre y que se requiere la presentación de los programas, contenidos y oradores al Departamento de Salud Pública, Gineco-Obstetricia y Pediatría de esa facultad para verificar que la actividad prevista esté dentro del marco de un “debate serio, con bases científicas y la expresión de diversas posiciones”. Requisitos que al parecer cumplieron ‘las jornadas interdisciplinarias sobre la persona por nacer”.
Además, el decano de la FCM, Pedro Estévez, manifestó para Sitio Andino "Nosotros nos regimos por un estatuto universitario y juramos obedecer el estatuto. En el mismo no existe la cátedra libre en la Universidad Nacional de Cuyo".
Los distintos sectores de la Iglesia se cuelan también en los planes de estudio. Como manifestó una alumna de la Facultad a Sitio Andino: "Mientras tanto en las currícula de nuestras carreras se omiten contenidos referidos al aborto como problema de salud pública y, por el contrario, se aborda el tema desde una perspectiva atravesada por creencias religiosas, valoraciones morales e interpretaciones punitivistas de la legislación". Además, una vez terminada la carrera y para recibir su título, las y los estudiantes de medicina deben jurar que no “administrarán abortivo a mujer alguna”, ya que es una obligación presente en el juramento Hipocrático.
¿Qué pasa en la cuna del Opus Dei?
Ciencias Médicas no es la única facultad que exige como requisito para otorgar el título hacer juramentos de este tipo. En la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) la ordenanza 21/66 del Consejo Superior, en su art. 28 (versión original), prevé solamente tres fórmulas de juramento: a) “por Dios, por la Patria y estos Santos Evangelios”, b) “por Dios, por la Patria y mi Honor” y c) “por la Patria y mi Honor”. Por este motivo Federico Mare, egresado de la carrera de Historia, realizó una carta abierta al Consejo Superior para que se agregue una categoría nueva al momento de la jura. Solicitó en su carta, publicada el 6 de abril de este año, jurar sólo por su honor y propuso modificar el artículo que estipula las fórmulas de juramento por considerar que la disposición “vulnera de modo flagrante el derecho de las minorías a la igualdad de trato, a la no discriminación”. Además, Mare aclara que dicho artículo fue una disposición hecha bajo la dictadura militar del General Onganía. La ordenanza se aprobó en las jornadas del 29 de julio de 1966, pocas horas antes de la Noche de los Bastones Largos.
Hay ejemplos concretos de modificaciones efectuadas por el Consejo Superior a los juramentos: en el 2006, bajo recomendaciones de las autoridades de la FFyL se incorporó una cuarta opción de juramento, a saber: “por Dios, por la Patria, mi Honor y estos Santos Evangelios”. Claro, estas modificaciones no fueron en el sentido de “repensar la universidad pública, gratuita y laica” como dijo la Secretaria Académica de la UNCUYO (Adriana García) en una entrevista radial para Unidiversidad a propósito del cumplimiento de los 100 años de la Reforma Universitaria.
Contracara dialogó con profesores y estudiantes de la FFyL, quienes pidieron que se reserve su nombre “por miedo o temor a represalias por parte de las autoridades”. Ellos y ellas disertaron sobre la injerencia de la Iglesia en la Facultad de Filosofía y aseguraron que “durante los decanatos de Adolfo Cueto y Adriana García se garantizó que los idiomas y los cursos de posgrado se paguen a través de la Fundación IDEAS, una fundación para nada transparente que sabemos que está asociada al Opus Dei”.
Esta injerencia directa del Opus en la facultad nunca se modificó. Las autoridades que la garantizaron son las mismas que se presentan para seguir gobernándola, a saber: Adriana García que fue decana de esta facultad en el período 2010-2014, y el actual decano Adolfo Cueto, acompañante de fórmula de García.
A cambio, este sector de la Iglesia se cuela en los planes de estudio y en los discursos reaccionarios por parte de titulares de cátedra de la unidad académica.
En una entrevista realizada a la profesora Elena Calderón de Cuervo, responsable de la cátedra Literatura Hispanoamericana en la FFyL, y publicada en la Revista Arbil n°74 explica su postura sobre la colonización. La profesora se define católica e hispanista en oposición a la “ofensiva indigenista y antirreligiosa” propiciada por la “cultura oficial”. Para la docente el genocidio llevado a cabo por la colonización fue una “respuesta de la inteligencia católica acorde con la tradición” que ella opina “viene de Dios”. Para ella el “id y evangelizad” es una “orden de Dios” y en el siglo XV fue una respuesta “con honor” por parte de los reyes españoles. La transmisión de este tipo de ideas es funcional a la explotación e invisibilización que sufren hasta el día de hoy las comunidades originarias.
Alternativa política al modelo religioso en la Universidad
Estas elecciones universitarias se dan en el marco del debate por la legalización del aborto en el Congreso Nacional que se votará el próximo 13 de junio. Las mujeres han protagonizado grandes movilizaciones y pañuelazos a lo largo y ancho del país para conquistar este derecho negado durante tantos años. En la UNCUYO, el movimiento de mujeres, también ha impuesto la agenda verde a través de pañuelazos y la organización de charlas y debates en muchas unidades académicas y hasta una cátedra libre sobre aborto a pesar de las trabas impuestas por el Decano de la FCM.
El estudiantado, las y los docentes, egresadas y egresados y el personal de apoyo deberán votar quienes seguirán gobernando la universidad en el marco de la lucha por la conquista de este derecho fundamental. Las dos principales listas que se presentan son: Interclaustro, encabezada por Daniel Pizzi actual rector de la Universidad y confeso pastor evangelista y Convocatoria Universitaria precedida por Adriana García, actual secretaria académica y referente del sector más oscurantista de la Iglesia católica: el Opus Dei.
Estos sectores de la Iglesia, a cuyos intereses defienden, lejos de mantenerse al margen del debate, son los que se oponen a que se discutan estos temas en las aulas y dictan contenidos religiosos en la Universidad Pública. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) emitió un comunicado apoyando el tratamiento y aprobación del "Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo" en donde Pizzi figura como adherente. Cómo aclara MDZ “lo que Pizzi respalda es que se discuta, no el aborto, aclaró y, en ese sentido, prefiere que se discuta ampliamente antes que respaldar la medida abiertamente”. Es una pregunta válida de hacerse qué posibilidades tiene el rector de la UNCUYO de garantizar que se le otorgue un aula a la “cátedra libre” sobre aborto tanto cómo se garantizan aulas para las cátedras que imparten ideología religiosa.
Contracara dialogó con Victoria Di Natale, candidata al Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por el Frente Desde Abajo (integado por La Izquierda al Frente, Pan y Rosas, Partido Obrero y Hagamos lo Imposible), quien dijo “Desde Pan y Rosas proponemos la separación de la iglesia de la universidad, esta demanda se da en el contexto de las marchas multitudinarias como el 8M y el 4J donde miles de mujeres salimos a las calles para decir Ni Una Menos, para exigir educación sexual en escuelas y profesorados, y para que no haya ni una muerta más por abortos clandestinos. En la lucha por nuestros derechos la Iglesia ha demostrado estar en la vereda de enfrente oponiéndose a nuestro derecho a decidir. Por eso es imprescindible una voz de las mujeres en el Consejo que exija la separación de la iglesia como institución de los órganos de decisión de la universidad para tener una educación científica, laica y de calidad, con perspectiva de género en las cátedras y educación sexual en los profesorados”.
La separación de la Iglesia y la Universidad se vuelve imprescindible para garantizar el libre debate por la legalización del aborto y para garantizar una educación laica y de calidad. Es el actual gobierno del rectorado que garantiza que esta institución ocupe un lugar primordial en por ejemplo el Consejo Social (Ord. 74/02 CS.) que ningún gobierno modificó. Es cuestionable entonces, que los principales candidatos para estas elecciones puedan garantizar esta tarea fundamental para las mujeres y para la educación pública.
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